Hay momentos en la vida en los que uno deja de creer, deja de confiar y se olvida de soñar.
La vida se ve en blanco y negro y cada día parece que sigue un guión programado donde la rutina se convierte en el principal protagonista. Te acostumbras y conformas con lo que debe ser, dando vueltas en tu zona de confort, olvidando tu propia felicidad, o quizás, simplemente, siendo feliz infelizmente.
La vida tenía cuatro paredes hasta que TÚ me miraste a los ojos y me enseñaste las puertas y ventanas escondidas. Me abriste tu mundo, lo conectaste al mío, me cambiaste la perspectiva, me rompiste los esquemas y me hiciste creer en algo que jamás pensé que existiría.
Te has convertido en mi luz, mi faro, mi guía y mi suerte.
Y es que cuando menos te lo esperas, la magia te sorprende.
Gracias.
¡Qué bonito!
Saludos.
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Gracias! Un saludo
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Qué bonito. Me has recordado a una persona que llegó a mi vida hace exactamente nueve meses, la cual me ha roto todos los esquemas y a la que quiero con locura. Gracias.
Felicidades desde la Cueva.
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